ARQU�MEDES MATEM�TICAS Y F�SICAS DE SIRACUSA SICILY

Arqu�medes matem�ticas y f�sicas de Siracusa (287 + 212 aC)

biograf�a:

Uno de los m�s grandes genios de la humanidad que los siglos no obedecer�n, por los descubrimientos de leyes cient�ficas, que siempre se estudian en las escuelas secundarias, y que a�n se aplican en las m�quinas que se construyen.

Matem�tico y f�sico supremo de la antig�edad.

Es responsable de muchos inventos, incluido el de la enredadera perpetua, la polea m�vil, las ruedas dentadas y el descubrimiento del principio que lleva su nombre, (Principio de Arqu�medes (Idrostatica), - Un cuerpo inmerso en un l�quido recibe un impulso desde la parte inferior hasta la altura, en peso, hasta el volumen del l�quido desplazado, es decir, pierde su peso tanto como el peso del l�quido en movimiento) por lo que se dice que cuando descubri� la ley f�sica, al estar en el ba�o, invadi� De alegr�a, sali� del agua y desnudo como estaba, sali� gritando por las calles: �E�reca! Eureca! lo que significa: lo encontr�! �Lo encontr�!

Fue autor de muchas obras, entre ellas: Principio de la mec�nica; Cuadratura de la par�bola; De la esfera y del cilindro; Conoides y esferoides; De los espirales; Tama�o del c�rculo; arenario; En el m�todo; En las carrozas; etc�tera Al rey Gerone le habr�a dicho la famosa frase: "Dame un punto de apoyo y elevar� el mundo". Durante el asedio por el c�nsul Marcello en Siracusa, durante la Segunda Guerra P�nica; Arqu�medes contribuy� v�lidamente a la defensa de la ciudad construyendo catapultas y balistas para lanzar piedras y dardos, poderosos ganchos de hierro para agarrar y hundir barcos enemigos, y quemar espejos para quemarlos, es decir, espejos c�ncavos para concentrar los rayos del sol y quemar los barcos a distancia. entonces la madera

Su reputaci�n era tan grande que los romanos, que invad�an la ciudad, ten�an �rdenes de respetar la vida del ilustre ciudadano. Sin embargo, desafortunadamente, un soldado, que entr� en su casa, lo encontr� en ciertas figuras geom�tricas que hab�a dibujado.

Preg�ntele en repetidas ocasiones si era Arqu�medes, estos, con la intenci�n que ten�a en el estudio, no le respondieron y lo mataron. Cuando los romanos se dieron cuenta del error fatal, rindieron homenaje al inmortal siracusano y le dieron un entierro excelente.